"Gran y hermosa ley" | La reforma fiscal de Trump: "Esto es un simple robo"

Desde finales de mayo, la senadora conservadora Joni Ernst se ha convertido en el rostro de la crueldad estatal. En una asamblea pública, le preguntaron sobre los recortes a Medicaid. Cuando alguien que la molestaba advirtió: "¡Mueren personas por esto!", Ernst respondió con una arrogancia casi insuperable: "Bueno, todos morimos tarde o temprano".

La senadora se presentará a la reelección en el estado de Iowa en otoño de 2026. Entonces se aclarará si tales declaraciones la perjudicarán. El hecho de que los republicanos conozcan la impopularidad de la ley queda demostrado por el hecho de que muchos de los recortes no entrarán en vigor hasta dos meses después de las elecciones intermedias de finales de 2026. Para entonces, como muy tarde, el lema de más de 200 años de la Revolución Francesa, "¡Paz a las chozas! ¡Guerra a los palacios!", será revocado por los habitantes de los palacios. Se les está declarando la guerra a las chozas, disfrazada de medidas contra el supuesto despilfarro y abuso desenfrenado: "No tocaremos nada. Solo queremos cero desperdicio, cero fraude y cero abuso", declaró Trump.

Mientras tanto, la Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO), una entidad independiente, ha proyectado que la ley provocaría que un total de 11 millones de estadounidenses perdieran su seguro médico por diversas causas para 2034. La cifra real es incluso mayor. Sin embargo, es probable que algunos busquen un seguro privado en otras fuentes, como en su lugar de trabajo o a través de la Ley de Cuidado de Salud Asequible (Obamacare) , aunque a precios más altos.

Ni siquiera los republicanos afirman que hay 11 millones de estafadores de Medicaid. Más bien, prevén que los beneficiarios elegibles también perderán sus beneficios. Por ejemplo, se propone incorporar por ley un requisito de trabajo para las personas de entre 19 y 64 años, tanto para la asistencia alimentaria como para Medicaid. Cualquier persona que no trabaje al menos 80 horas al mes, asista a la escuela o participe en un programa de capacitación se enfrenta a la pérdida total de las prestaciones sociales. Los padres de niños pequeños, las mujeres embarazadas y las personas con enfermedades crónicas están exentos.

El impacto devastador de estos requisitos lo experimentaron los ciudadanos de Arkansas, el primer estado en introducir requisitos laborales similares en 2018, hasta que fueron suspendidos por una orden judicial. Más de 18,000 ciudadanos perdieron su cobertura de Medicaid en tan solo unos meses porque no comprendían los requisitos laborales, el estado nunca les informó de los cambios o los portales de registro en línea eran deliberadamente complicados, como se demostró posteriormente en estudios. El argumento de quienes los propusieron, de que el requisito incentivaría a las personas aseguradas a buscar trabajo y, finalmente, a renunciar al seguro público al aumentar su salario, resultó infundado en Arkansas.

Según el análisis de la Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO), se estima que 8 millones de beneficiarios de Medicaid perderían su seguro tan solo por el requisito de trabajar. Es probable que los recortes también provoquen la quiebra de hospitales, por ejemplo, porque los costos de la atención médica ya no estarían cubiertos por el seguro. «Los hospitales que ya operan con márgenes de beneficio limitados no pueden absorber estas pérdidas sin reducir sus servicios o cerrar sus puertas por completo», advirtió Bruce Siegel, director ejecutivo de la organización de defensa de los hospitales America's Essential Hospitals. La inminente desaparición de los hospitales afectaría duramente a la base electoral republicana, especialmente en las zonas rurales.

"Esto no es una reforma. Es simplemente un robo."

Gabe Vásquez, miembro de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos

Los demócratas, que han sido minoría en todos los niveles de la política federal desde la derrota electoral del otoño pasado, se ven obligados al menos a defender el ya impopular statu quo, del cual comparten la responsabilidad, tras haber estado en el poder durante 12 de los últimos 16 años. El partido aún no ha logrado un acuerdo sobre un proyecto importante, como un seguro médico nacional para todos. Han ignorado el hecho de que el déficit federal crece constantemente debido al aumento de las prestaciones de la seguridad social para la generación del baby boom . También han ignorado el problema de que más de 40 millones de estadounidenses carecen de dinero suficiente para comprar alimentos.

Ahora, una cuarta parte de ellos corre el riesgo de perder incluso la última asistencia alimentaria que les queda, incluyendo a cuatro millones de niños. Al igual que con Medicaid, los estados que participan en el programa SNAP deben decidir cómo afrontar la pérdida de fondos federales. Algunos podrían intentar limitar el número de participantes, mientras que otros podrían cancelar el programa por completo.

El Senado comenzó a trabajar en el proyecto de ley a principios de junio. Seguramente habrá cambios menores, que la cámara baja tendrá que votar de nuevo. Los demócratas no pueden detener el plan. Los republicanos incluso pueden permitirse tres disidentes en el Senado. Hasta ahora, ha habido algunos más, pero eso no es necesariamente bueno para los más pobres del país. Después de todo, senadores como Rand Paul y Ron Johnson abogan por aún más recortes, ya que rechazan un aumento del techo de la deuda, sin el cual el proyecto actual no puede funcionar; de lo contrario, con todos los recortes de impuestos, el gobierno federal se quedaría sin fondos para agosto. El proyecto de ley "haría que la deuda se disparara", se enfureció Rand Paul. Pero no tiene nada en contra de las exenciones fiscales para los ricos ni de los recortes en la ayuda alimentaria. Considera que no son suficientes.

El presidente Trump ya habló por teléfono con Paul y Johnson para explorar cómo puede atenderlos. También le prometió a Josh Hawley que supuestamente no habrá recortes en los servicios de Medicaid, como informó el senador de Missouri. Teme el daño a su imagen si los hospitales cierran. Pero ese es precisamente el camino que ha elegido, ya que se ahorrarán casi 800 mil millones de dólares de Medicaid. Esto solo se puede lograr si aproximadamente un 8 % menos de personas están aseguradas o si se recortan los servicios para todos. En cualquier caso, los ingresos de los hospitales terminarán disminuyendo.

Trump ya había implementado las reducciones de impuestos durante su primer mandato en 2017. Si el Congreso no actúa, el alivio expirará en septiembre. Un tercio de las exenciones fiscales, que ahora se convertirán en permanentes, se destinará al 5% más rico, quienes ganan medio millón de dólares o más al año.

Quienes ganan menos de $35,000 también recibirán ayuda con el nuevo paquete legislativo, ya que también se planea la abolición de los impuestos sobre las propinas y las horas extras. Sin embargo, en resumen, este grupo pagará más debido a los recortes a Medicaid y los cupones de alimentos, con un promedio de $820 al año. Además, la ayuda para los ricos está pensada para ser permanente, mientras que para las personas de bajos ingresos solo durará cuatro años, hasta el final del mandato de Trump.

En el futuro, el impuesto de sucesiones solo se aplicará a los activos superiores a 30 millones de dólares. Según la organización Americans for Tax Fairness, el gobierno está regalando más de 200 000 millones de dólares de esta forma. Cabe recordar que la ayuda alimentaria también se recortará en 290 000 millones de dólares. Las prioridades son innegablemente claras.